Estoy segura que todos nos hemos sentado alrededor de una mesa tocinera alguna vez. Estaban en casa de nuestros abuelos como mesa auxiliar donde se preparaban las matanzas o incluso de mesa de cocina. Siempre ha sido una mesa de madera de pino, humilde, sobria y funcional. Y por ello se han conservado tan bien. Tenían una altura inferior a la de las mesas actuales y normalmente con un cajón central para guardar el pan, las servilletas…
Cuando se iba desgastando la mesa tocinera por el uso, se lijaba, se volvía a pintar encima y los cantos de la parte superior se iban redondeando hasta llegar al estado actual desgastado tan bonito que ahora podemos encontrar.
Con su estilo rústico lucen en cualquier cocina moderna aportando calidez. Con taburetes, bancos, sillas… cualquier asiento es un buen acompañante para la mesa tocinera de toda la vida. ¡Estoy deseando hacerme con una!
Fuente de las imágenes: 1, 2, 3, 4 y 5.
Alucinada estoy con tu blog Estela, lo voy a ver de arriba abajo
Muchas gracias!!! Un placer tenerte por aquí. Estela
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